Hay fechas marcadas a fuego en la corta historia de PUENTIA. El primer tuit, la primera campaña, la primera invitación a nombre de la empresa, la incorporación de cada miembro del equipo… En esa galería de hitos relevantes colocaremos ahora, en lugar preferente, ese 1 de diciembre de 2021 en el que entregamos los primeros Premios PUENTIA.
Lo vivido en el auditorio de la Fundación Francisco Giner de los Ríos guardará para siempre el irrepetible sabor de las primeras veces, del esfuerzo coral, de la satisfacción por ver cómo cada paso que dimos desde cero logró levantar un ancho puente sobre el que fluyeron emociones, desvelos, dudas y certezas para dejar paso después a un buen puñado de amigos que lo atravesaron con nosotros.
Esa tarde madrileña sentimos la cercanía del calor humano, convertido en bien de lujo en tiempos de pandemia. Y es que PUENTIA, tal y como resaltó Eduardo Álvarez, el CEO que un día soñó con unir orillas, “es hija de la pandemia pues se activó 14 días antes de encerrarnos en casa y se puso en marcha tan solo nueve días después del fin del Estado de Alarma”. Lo que para muchos podría haber sonado a fatalidad “para los ‘puentianos’ representó una oportunidad posiblemente única”.
El mundo ya no es el mismo que conocimos hasta febrero de 2020. Tampoco el valor que empresas e instituciones otorgan a la comunicación, convertida ahora en lo que siempre debió ser; en una pieza estratégica. Ese es uno de los pilares sobre los que PUENTIA se sustenta. Lo recordó María Benjumea al agradecer su reconocimiento. Ella, convertida ya en la primera mujer en obtener un Premio PUENTIA, no se olvidó de citar también la marca, la reputación y las relaciones públicas, tres campos donde, desde el mismo día de su nacimiento, PUENTIA no ha dejado de sembrar ni de recoger.
Nuestros Reconocimientos ‘Con Marca Propia’ no solo han servido para valorar el talento, el esfuerzo, la dedicación y los valores de un repóquer de premiados a los que equiparamos a los ases de la baraja española porque un as era, en época romana, la representación del triunfo después de un duro trabajo. Los Premios Puentia son la forma elegida por esta joven consultora para agradecer el apoyo de todos los que han sido parte de un camino en el que “ se cultiva el alma de las organizaciones y se acompaña”. Si, tal y como destacó el CEO, “Puentia es autenticidad, confianza, compromiso, escucha y acción responsable”, es porque en la otra orilla siempre ha habido alguien dispuesto a dejarnos desplegar ese catálogo de capacidades y virtudes que han ido poco a poco construyendo también nuestra propia marca.
Los galardonados con los primeros Premios PUENTIA son ya en si mismos una marca personal consolidada. Decir Miguel Ángel Gil Marín es imaginar un éxito deportivo tras otro, un liderazgo callado camino de la excelencia. Hablar de José Vicente de los Mozos es señalar el triunfo del hombre hecho a si mismo, capaz de empezar desde cero y trabajar hasta tocar las cotas más altas de la empresa que la ha visto crecer y convertirse en uno de los mejores ejecutivos del mundo. A José Ignacio Goirigolzarri nadie le discute una templanza innata que le ha permitido estabilizar proyectos por los que nadie apostaba, enderezar rumbos perdidos y seguir destilando confianza, demostrando, como PUENTIA, que nada es imposible.
Gil Marín, De los Mozos, Benjumea y Goiri coincidieron en sus agradecimientos con las palabras del CEO de PUENTA, que nos recordó cómo “se nos llena la boca hablando de sostenibilidad, responsabilidad social, transparencia, digitalización, solidaridad, incluso, de medio rural, pero de poco vale si las personas no estamos en el centro de esa ecuación”. “Hablar de personas es hablar de comunicación”, añadió.
Comunicar es, por tanto, humanizar la forma en que nos dirigimos a los demás. Y no solo existe una fórmula para lograrlo. A veces, incluso, ni siquiera son necesarias las palabras. Basta un abrazo, una carcajada -como las que nos provocó Dani Delacámara- o el inmenso poder de una simple nota musical cargada de solidaridad. Así nos lo explicó María Guerrero al presentarnos la Fundación Acción por la Música, banda sonora de los primeros Premios PUENTIA y extraordinaria iniciativa cargada de valor (y de valores) añadido.
Nuestros Reconocimientos ‘Con Marca Propia’ nos reconciliaron con el ser humano, pero si las emociones no habían sido suficientes, un momento terminó por ponerlas a flor de piel. Ocurrió cuando Olga Viza, madrina y conductora de la gala, anunció la entrega de un Premio Especial. Uno de esos ‘fuera de carta’ inesperados que llenó de incertidumbre un auditorio lleno hasta la bandera.
Gerardo Gutiérrez al terminar su discurso de agradecimiento
“Nuestro Premio Especial nació en México”, desveló Olga Viza. Pista poco sólida para los asistentes, pero definitiva para él. El leonés Gerardo Gutiérrez fue el destinatario de un galardón -otro puente creado expresamente para la cita por el dibujante José María Nieto- que premiaba mucho más que su talento, sus capacidades y sus virtudes, pues reconoce la personificación de PUENTIA, representada por este sabio humilde, audaz y talentoso acompañado en la entrega por su orgullosa familia. Un instante precioso, único e irrepetible.
La CEO de PROSOL y presidenta de Empresa Familiar, Rocío Hervella, y el presidente de Castilla Termal Hoteles, Roberto García, vivieron el momento en primera persona como encargados de entregarle a Gutiérrez su premio. Otros, como Daniel Carreño, CEO del Grupo Lantero; Belén Martín Sanz, la directora territorial de CaixaBank en Castilla y León; el presidente de Iberaval, César Pontvianne; la presidenta de la Diputación de Palencia, Ángeles Armisén; el presidente de la Cámara de Comercio de Valladolid, Víctor Caramanzana, el director General de Comunicación y Relaciones Institucionales de Naturgy, Jordi García Tabernero, y el presidente del Partido Popular, Pablo Casado, fueron también parte activa de este día inolvidable al entregar o recoger en nombre de los premiados los galardones que nacen con vocación de continuidad, embajada de cariño, agradecimiento y admiración y, sobre todo, como kilómetro cero de todos los puentes; los que ya se han alzado y los que construiremos juntos.