No era la de 2020 una Navidad como las demás. Iba a ser emotiva, sí, pero no por el joven que vuelve a casa ni por la Lotería, tampoco por las burbujas o el champán. En un año de heridas abiertas, teletrabajo y distancias obligadas, las fiestas estaban destinadas a ser añoranza de las costumbres perdidas o de la gente alejada. Así planteamos nuestra campaña para esos días. Entendiendo la importancia de ‘El valor de la comunicación’. Ese fue su título y en él basamos el mensaje.
Fue también una Navidad de recuerdos, algunos especialmente dolorosos; otros, remitiéndonos a una forma de vivir que parece tan lejana a pesar de ser reciente. Por eso el video navideño que centró nuestro mensaje se acordó de los que ya no están; por eso, también quisimos envolver los días más emocionantes del año con el recuerdo de aquella publicidad que ha pasado a la historia por contar lo justo en el momento adecuado. Queríamos seguir mostrando la importancia de ese valor al que apelamos constantemente esos días.
Durante 2020 comunicamos con palabras, pero también con miradas o con sonrisas, como la de Antonio cuando entrega el décimo de lotería premiado en aquel anuncio que nos hizo tragar saliva hace unos años; comunicamos lanzando besos a la pantalla o apretándonos el corazón como sinónimo del abrazo pendiente. Dijimos ‘te quiero’ de muchas formas diferentes porque fuimos plenamente conscientes del valor de las palabras, de la importancia de no dejarnos nada dentro, de transmitir a todas aquellas personas que nos importan.
Cada elemento de la comunicación transmite diferentes emociones. La música es uno de los más potentes, de ahí que en nuestro video navideño la elección musical no fuera en absoluto azarosa. Acompañando a las imágenes, un conocido tema interpretado por One Voice Children’s Choir, un coro norteamericano compuesto por niños y adolescentes de entre 4 y 18 años. Se trata del proyecto de una organización sin ánimo de lucro que destina el 100 % de las donaciones que reciben al bienestar infantil, incluida la provisión de becas. Podéis conocer más sobre ellos en su página web.
Y en torno al eje central de la ‘Navidad PUENTIA’ articulamos una serie de mensajes en la misma línea, recordando en nuestras redes sociales que, a pesar de las circunstancias, ninguna pandemia podría evitar que compartiéramos la vida con nuestra gente, aunque estuviéramos a cientos o miles de kilómetros.
Los comentarios recibidos y el apoyo a cada una de las publicaciones volvieron a demostrar que os gustó el planteamiento. Porque recordar la importancia de ver, decir, hablar y querer siempre es una apuesta segura. Porque si hay algo que sabemos hacer en PUENTIA es trazar el puente adecuado. Entre personas e ideas, entre talento y necesidades, entre los seres humanos y sus emociones.