TONI NADAL |“Rafael es un tipo normal que no ha cambiado ni se ha creído un ser especial”

Director de la Rafa Nadal Academy

Durante muchos años ha sido el entrenador de la leyenda Rafa Nadal. El mito, a quien la historia sitúa como el mejor tenista de todos los tiempos, sigue batiendo récords y acumula ya 14 títulos en Roland Garros. Después de la aplastante victoria sobre Casper Ruud en París, Rafa es el tenista más veterano de la historia en conquistar el torneo; un camino que comenzó en 2005. Y allí, junto a aquel chaval de pelo largo y camiseta sin mangas, estaba él, su tío Toni. A sus espaldas , ni más ni menos, 17 títulos de Grand Slam. Ahora solo ejerce de orgulloso tío de su sobrino Rafael, porque para él siempre será Rafael, el chico “que juega bien al tenis”.

Más allá de cuestiones familiares, Toni Nadal ha liderado el binomio que formaba con Rafa sobre la base de unos valores muy claros: humildad, esfuerzo, trabajo diario y mejora constante para llegar a cumplir las metas. Ahora, esa filosofía la transmite desde su puesto de director de la Rafa Nadal Academy, donde guía su trabajo en torno a tres aspectos fundamentales: “el trabajo técnico, la formación del carácter y la formación en valores”.

También como conferenciante ayuda a compañías, organizaciones y jóvenes a percibir los valores de la disciplina, la humildad y la perseverancia como las claves para liderar y realizar las tareas del día a día.

Charlamos con él sobre triunfo y frustración, sobre liderazgo, sobre el siempre delicado momento de la sucesión, sobre la irrupción del joven Carlos Alcaraz y sobre lo mucho que. si las lesiones lo permiten, aún nos queda por disfrutar con Rafa.

 

PUENTIA: Rafael Nadal comenzó siendo un joven que jugaba bien al tenis y hoy es una leyenda y también una marca personal muy poderosa, ¿de quién siente más orgullo, del deportista, de la persona, del empresario que ya se atisba?

TONI NADAL: Yo estoy muy contento de ver la evolución que ha tenido mi sobrino, cómo ha ido pasando de ser un niño con aptitudes a ser un gran jugador de tenis y de cómo ese paso no le ha cambiado en el aspecto personal. Y como tío estoy muy contento de ver cómo mi sobrino es un tipo totalmente normal, que juega al tenis bien y que no ha cambiado su persona ni se ha creído un ser especial.

P: ¿Qué es el éxito? ¿yener saneadas las cuentas, cumplir tu Plan Estratégico, ganar 22 torneos de Grand Slam?

TN: El éxito es, primero, la satisfacción personal de saber que has hecho todo lo que toca. El éxito, de manera objetiva, sería que las cosas funcionaran bien, que para unos puede ser ganar Roland Garros y para otros llegar a semifinales, depende. Yo creo que uno tiene éxito cuando tiene la tranquilidad de que ha hecho todo lo que toca y si ha venido la derrota ha sido porque el rival ha sido mejor.

Yo le decía a mi sobrino cuando era más joven: si no eres capaz de derrotar a tu rival, al menos no le ayudes a que él te venza. Y yo creo que hay que aplicar esto en todo, trabajando en deporte o en una compañía. Lo que hay que lograr es tener la tranquilidad de que hemos hecho todo lo que hemos podido. Después habrán estado observando y dispuesto a analizar las cosas correctamente, el éxito es buscar soluciones constantemente.

P: ¿Cómo cambia el liderazgo cuando el equipo va cumpliendo años? (No es lo mismo entrenar a un chico de 20 que a un tipo de 36)

TN: Rafael, cuando yo empecé con él, él era un niño. Al principio era yo el que tenía que dictaminar todo lo que se hacía y a medida que va creciendo, le fui traspasando a él lo que tenía que hacer, le fui dando mayor responsabilidad.Es normal, yo creo que un líder de cualquier empresa tiene que ser prácticamente igual, al principio, si él es el que conoce el tema liderará y a medida que vaya teniendo confianza con la gente con la que trabaja lo normal es que les vaya traspasando la responsabilidad y que, al final, salgan las cosas de manera conjunta.

P: ¿Qué debe aprender un líder de la persona o del equipo al que lidera?

TN: Uno tiene que estar siempre dispuesto a aprender de todo el mundo, no solo de los que lidera, sino también de los otros que lideran, de todo el mundo. Uno siempre puede aprender. Si uno está dispuesto a escuchar, aprende de todos: el qué, depende de las personas que tenga a su cargo.

P: ¿Es mejor líder el líder motivador?

TN: Es que no hay otra forma de ser líder. No puedes no ser motivador. Tienes que conseguir que el que esté subordinado a ti quiera hacer lo que tiene que hacer, lo que tú creas que tiene que debe hacer y, para eso, hay que motivarlo.

Evidentemente, uno no tiene que estar pendiente de ser motivador de manera constante porque no tiene sentido que una persona adulta requiera siempre de factores externos para estar motivado, pero está claro que la función de los líderes es, por encima de todo, motivar a la gente.

P: ¿Crecen mejor los equipos cuando son capaces de gestionar bien el fracaso?

TN: Todo el mundo crece mejor cuando gestiona bien el fracaso. Entiendo como fracaso la derrota, o cuando las cosas no salen como se esperaba. Es casi imposible que las cosas vayan siempre bien. Yo no conozco ninguna actividad en el mundo ni ninguna persona a la que le salga todo de manera perfecta. Messi es el mejor de la historia y perdió no sé cuántos balones de oro, este año ha jugado mal en el PSG. Zara es una gran empresa y hay años que no se crece lo que toca o que las acciones no van bien. Me imagino que Apple también habrá tenido sus problemas. Es casi imposible que siempre vayas en línea ascendente y sin ningún problema.

P: Hablemos de talento junior. En el tenis una generación de veinteañeros disputa ya el trono a los veteranos y, por detrás de ellos, viene empujando otro español, Carlos Alcaraz, una de las sensaciones mundiales. Más allá del tenis ¿a qué debe estar atento Alcaraz para madurar bien?

TN: Eso es tema de su equipo y de sus padres, no es tema mío. Pero todos nos encontramos siempre al ego por encima de todo, tendemos a creernos seres especiales, a creernos que lo que hacemos es único. Si uno tiene los pies en el suelo y realmente sabe que el mundo no empieza ni acaba en él, tiene una gran ventaja, la de conocer la realidad.

P: En el mundo de la empresa, como en el del deporte, la sucesión suele ser un momento delicado, ¿cómo debe gestionarse ese proceso?

TN: Hay un momento dado en el que, en el caso de un líder, si los mensajes ya no tienen efectividad, hay que dar un paso hacia un lado. Pero depende de cada situación. Evidentemente, hay momentos en los que uno agota su discurso o, en otros casos, puede ser por cuestiones de necesidad de renovación y de dar aire nuevo porque viene bien un cambio, pero depende de cada situación y de cada empresa.

P: ¿Qué tal se lleva con las redes sociales?, ¿cómo convive con esa amenaza reputacional que en ocasiones representan?

TN: Prácticamente no me llevo, no sigo a nadie. A veces he visto algún comentario, en ocasiones bueno, en ocasiones no tan bueno, sobre algo de lo que he opinado. Lo decía en una ocasión hace tiempo cuando hablé sobre algún tema y me llovieron algunas críticas: no acostumbro a prestar atención a gente de escasa preparación y mucho menos a gente de nula educación.

Y es lo que hago: las opiniones me importan de la gente que me importa. Si hablo de tenis, la opinión de un tenista o de alguien a quien yo considere, pues me importa, pero si hablo de tenis y opina una persona que desconoce totalmente el tenis, me da igual lo que opine. No soy un tipo políticamente correcto. Si yo tengo la conciencia tranquila porque lo que he dicho está bien, no me importa mucho lo que diga la gente.

En cuanto al riesgo, estamos expuestos todos a ello, hoy en día ya se sabe. Un pequeño idiota tiene una gran repercusión.