Autor del libro Empresa Científica
Esta la historia de una persona obtusa y de un hombre de recursos. La primera podría ser cualquiera de las que acaban de comenzar su jornada laboral; podríamos ser nosotros. La segunda tiene nombre y apellidos: Fernando Valdés, el hombre que, ante la imposibilidad de hacer comprensible un concepto sobre acción y reacción, decidió recurrir a la Ley de Newton y obrar el milagro. También esta es una historia de cierta casualidad, la que puso a Carmen Abril en el camino de Valdés. Ella fue la primera en escuchar cómo este químico de formación que hoy por hoy está al frente de la Oficina de Justificación de la Difusión, la conocida OJD, trazaba caminos inexplorados apoyándose en la ciencia para explicar conceptos empresariales desde la sencillez. Le sugirió escribir un libro y la pandemia hizo el resto. Tiempo para darle forma y en 2021 los once capítulos de ‘Empresa Científica’ eran ya una realidad que, dado su enfoque, está llamando mucho la atención.
PUENTIA: ¿CÓMO SE LE OCURRIÓ UN ENFOQUE TAN ORIGINAL?
FERNANDO VALDES: La verdad es que no lo sé. Creo recordar que durante una presentación alguien no entendía bien el hecho de aplicar una fuerza mayor de la que estábamos aplicando para cambiar lo que estaba sucediendo y se me ocurrió utilizar como ejemplo la Ley de Newton. Me entendieron y ahí se me quedó. A partir de entonces empecé a utilizarla como ejemplo en alguna ocasión más y me planteé que quizá funcionara para otras cosas utilizar esa analogía así que después me atreví a testar otras leyes y de vez en cuando acertaba. La ley de ohm, sobre el cambio, fue la segunda que probé y me la fui acoplando después de comprobar que funcionaba bien para explicar ciertas cosas.
P: EL RÁPIDO AVANCE DE LA TRANSFORMACIÓN DIGITAL O EL HECHO DE TENER TIEMPO PARA ESCRIBIR LIBROS COMO LE SUCEDIÓ A USTED SON ESA PARTE BUENA QUE NOS HA DEJADO ALGO TAN DURO COMO LA PANDEMIA…
FV: Todo surge cuando Carmen Abril, que pone la parte académica y teórica al libro, me hace una entrevista sobre innovación. Le digo que tengo en la cabeza esas cosas de las reacciones químicas y que se pueden explicar por ese lado en el mundo empresarial. Al acabar la entrevista me dice pues que escriba un libro sobre esto, porque parece muy interesante e innovador. Ahí se quedó la cosa porque yo no sé escribir, pero en la pandemia un día me decidí a escribir el primer capítulo, el de Newton. Se lo mandé y me animó a seguir escribiendo así que se lo mandaba ella, que iba añadiendo la parte académica. Y así fue creciendo el proyecto. Como en la pandemia había más tiempo y pude buscar leyes para la innovación, para la negociación, para el cambio, para el liderazgo… Hice un trabajo de investigación para ver qué leyes se me ocurrían para explicar todas estas cosas.
P: NO SÉ SI ES EL PRIMER SORPRENDIDO DEL RESULTADO DE EMPRESA CIENTÍFICA
FV: Sí, pero lo primero que descubres es lo difícil que es escribir en comparación con lo fácil que es hablar. Hablando las cosas no se quedan; dices algo y si está bien, está bien y si está mal, está mal pero no queda reflejado pero el libro se queda ahí para siempre y siempre te va a perseguir como metas la pata. Una vez te vienes arriba, te animas para terminarlo y poner por escrito toda tu experiencia.
P: ¿PARA QUIÉN PUEDE SER ÚTIL UN LIBRO COMO ESTE?
FV: Ahora que lo está leyendo mucha gente me llega feedback desde muchos lugares empezando por estudiantes, becarios que acaban de entrar y que están en un departamento muy concreto y gracias al libro entienden muchas de las cosas que pasan alrededor, gente que está muy especializada en un departamento y leyendo el libro entienden mucho más otras cosas, también gente normal que no está en el mundo de la empresa por la forma en la que está contado, autónomos que tienen una gran visión global y hasta CEOS, que me han dicho que les ha encantado por esa forma diferente de ver las cosas.
P: A NUESTRO CEO LE ENCANTA ‘EMPRESA CIENTÍFICA’
FV: Creo que es porque, en el fondo, lo que hace el libro es contar de una manera más amena y directa algo relacionado con la vida de todos. Aunque dice lo mismo, al utilizar una metáfora la gente se queda con los conceptos.
P: DESDE LUEGO LA METÁFORA ES UN BUEN RECURSO PARA QUE LA GENTE RECUERDE
FV: Claro que sí. Tú coges, por ejemplo, la Ley de Ohm y cuando hablo de gente a favor, que son baterías: gente en contra, que son resistencias; fusibles que se funden a mitad del proceso… y esto lo pones a través de un circuito eléctrico, que todos hicimos en el colegio alguna vez, y todo es más memorable. En algunas compañías me ha pasado que me identifican al fusible, a la batería que se está agotando, al interruptor… Se trata de vida cotidiana de forma amena y por eso la gente lo entiende y se queda con ello. Es tan metafóricamente sencillo que la gente lo puede aplicar de una manera rápida.
A lo que yo cuento le sumamos la parte académica que aporta y complementa Carmen Abril para ir más allá de la anécdota. Aunque se trata de anécdotas basadas en la experiencia, ofrecemos al lector la posibilidad de profundizar en cada una de las metáforas de una manera más teórica y más académica.
P: ¿HAY LEYES TRANSVERSALES QUE DEPENDIENDO DEL CONTEXTO Y LA SITUACIÓN PUEDES APLICAR UNA U OTRA LEY FÍSICA?
FV: Claro. En cualquier empresa es difícil aislar los temas. Gestión del cambio, liderazgo de situaciones y liderazgo de personas están muy juntos. No puedes generar un cambio bien si no gestiones las personas y las situaciones. Sucede también con innovación y publicidad. Nos gusta fabular sobre la forma en la que trabajarían científicos que han trabajado con cientos de años de diferencia. Pensar, por ejemplo, como trabajaría Pitágoras con Mendel.
P: ESO ME RECUERDA EL PODCAST SOBRE LIDERAZGO RECIÉN ESTRENADO EN PUENTIA, QUE ENFRENTA A LÍDERES SEPARADOS POR MUCHOS AÑOS. EL PRIMER CAPÍTULO, POR EJEMPLO, ANALIZA LOS PUNTOS EN COMÚN DE JULIO CÉSAR Y STEVE JOBS.
FV: Mendel estudiaba esto a través de los guisantes. Explicaba qué pasaba con ellos y razonaba que la forma en cómo se comportan los guisantes es la forma en cómo se comportan las personas; el carácter dominante de los guisantes parece igual que el de las personas de tal manera que si tú quieres que te salgan verdes por carácter dominante verde y si a una compañía le falta actitud pon gente dominante que se caracterice por eso. Como lo decía Mendel y es el padre de la genética nadie lo discute y lo aplica.
P: ¿SE HA SORPRENDIDO ESCRIBIENDO EL LIBRO POR LO REDONDA QUE QUEDA ALGUNA LEY EN CONCRETO PARA APLICAR A UNA SITUACIÓN EMPRESARIAL?
FV: Hay una muy complicada de entender qué es la de innovación, pero es muy interesante. El capítulo de innovación se divide en quién innova y en cómo se innova. A la hora de hablar de quién innova me refiero a Mendeleiev, que crea la tabla periódica de los elementos que todos tenemos en la cabeza y yo la explico diciendo que igual que los elementos se pueden clasificar aunque entre si no se parezcan, pues tienen propiedades similares, también sucede eso en las empresas donde hay gente innovadora, reactiva, buenos controllers… y lo que plantea es si ponemos a todos los innovadores juntos de alguna manera van a innovar mejor aunque estén en diferentes departamentos. Tienes que hacer que se conozcan, que establezcan un diálogo entre ellos porque al agruparlos como un sistema periódico te van a producir innovación.
Y en la segunda parte explicamos que hay innovación cuando hay reacción química. Una reacción química sucede cuando pones reactivos y el resultado es un reactivo nuevo que antes no había. Mezclando ácido clorhídrico con hidróxido sódico, la sosa que teníamos en casa, te da agua; ha producido una reacción química. El producto no tiene nada que ver con los reactivos. Lo que trata de explicar el libro es que si no hay reacción química, no hay innovación. El jamón sin sal no es innovación y eso se queda ahí, pero si yo digo que tengo un producto nuevo que se llama ‘Cuídate’ o ‘Bienestar’, ahí si ha habido innovación porque la innovación tiene que ser también conceptual. Si el A + B te da A + B y así lo transmites, el consumidor te ve de forma insulsa, pero si le dices que A + B = C, verán C.
Es difícil de explicar, pero todo encaja después. Es curioso que en aspectos tan diferentes como la inercia de las organizaciones, la optimización de procesos, la gestión del cambio, el liderazgo, la publicidad, la negociación o la innovación encuentras una reacción química o una ecuación física o matemática de la biología que la explica. Me piden mucho que vaya a dar charlas y cuente metáforas de una manera diferente para concienciar a la gente.
P: ¿ES BUENO UTILIZAR LA LEY DE LA INERCIA PARA EXPLICARLES A LOS TRABAJADORES DE UNA EMPRESA QUE NO SON EMBAJADORES DE SU MARCA QUE SI ELLOS SE IMPLICAN MÁS TODOS VAN A SALIR BENEFICIADOS?
FV: Sobre esto tengo una experiencia muy grande. Sucedió cuando el incendio de la fábrica de Campofrío porque en aquel entonces yo era el CEO de la empresa y tuvimos que gestionar una crisis después de que el 60 % de tu instalación se quema y tardas en reconstruirla 3 años. Ahí lo que hicimos, aparte de gestionar la crisis de la marca y no es de la empresa, fue convertir a los 1 000 trabajadores en embajadores de marca y ese es un ejemplo de cómo cambio la inercia, cómo vuelves a publicitar tus productos, cómo recabas el apoyo de los trabajadores cuando no pueden trabajar, cómo logras que las instituciones te ayuden cuando existen redes sociales diciendo que lo que ha sucedido ha sido a propósito para llevarse la empresa a otro sitio. Convives con fuerzas cuyas propias inercias debes combatir con su inercia y en esa ecuación los trabajadores juegan un papel importante. Al final esas personas hablan todos los días, lo transmiten a sus cónyuges y al resto de hijos y familiares y todo es una cadena que ayuda y es fundamental.
Ahora bien, a pesar de que es obvio que, si tu remas, también te vas a ver beneficiar, aún hay empresas a las que quizá les cuesta verlo y activarlo.
P: ¿HAY QUE EXPLICARLES A LOS JUNIORS O A LOS RECIÉN LLEGADOS LA IMPORTANCIA DE LA LEY DE LA GRAVEDAD Y EL PELIGRO DE SUBIR MUY ALTO EN POCO TIEMPO?
FV: La ley de la Gravedad no está en el libro, pero la gente joven debe centrarse de disfrutar del trabajo más que en subir. Disfrutar de hacer cosas y, ojo, eso puede hacer que subas muy rápido y te vaya muy bien, pero también se pueden hacer muchas cosas subiendo una forma mucho más tranquila. Ahora veo a la gente joven mucho menos ambiciosa de lo que era antes y esto no sé si es bueno o malo porque hay que tener un poco el equilibrio químico entre la ilusión por desarrollarte la empresa y la tranquilidad de desarrollarte bien y ahora puede pasar que hay demasiada tranquilidad. Habría que buscar un equilibrio entre el que se limita a hacer lo que le dicen y quien llega diciendo que se va a comer el mundo y para ello intenta pasar por encima de lo que sea para alcanzar lo que persigue. La pandemia afectó mucho a ese equilibrio, pero se termina compensando.
P: UN LIBRO QUE APELA A LAS LEYES DE LA FÍSICA COMO UN APOYO O COMO JUSTIFICACIÓN DE LO QUE HACEMOS ¿ESTÁ RENUNCIANDO A LA IMPROVISACIÓN PORQUE TODO SUCEDE POR ALGO Y NO DEJA LUGAR A LA ESPONTANEIDAD?
FV: Salvo la matemática, que es una ciencia exacta, el resto no lo son. La mecánica cuántica que Newton hizo ya no vale. El átomo ya está superado, ahora son ondas y chips. La ciencia evoluciona de manera importante. Uno de los temas que se le pueden criticar al libro es que no plantea metáforas profundas. No se habla de agujeros negros o de mecánica cuántica. Hablo de Newton, de Pitágoras… De hace muchos años (ríe).
P: Y YA QUE HABLAMOS DE CIENCIA, ¿NOS DEBE PREOCUPAR EL PODER DE LA INTELIGENCIA ARTIFICIAL?
FV: La inteligencia artificial es una revolución espectacular en la que el fondo hay mucha ciencia que se está transformando para ponerla a disposición del consumidor y ofrecer beneficios. Ciencia y personas se vuelven a mezclar. El libro plantea al principio por qué a nadie se le ha ocurrido buscar el maridaje entre ciencia y empresa cuando sí se han mezclado otras disciplinas como física y química, medicina y química, medicina y farmacia, medicina y biología química y biología… pero nadie lo había planteado.