PEDRO PALOMO | “Debemos ser suficientemente flexibles para poder sobrevivir a los cambios de la economía”

CEO del Grupo Octaviano Palomo

Cuando caminas hacia las siete décadas de servicio a la sociedad, las responsabilidades se multiplican. No solo estás obligado a seguir marcando la pauta sino que, a la vez, tienes que seguir reforzando esos valores que el fundador de la empresa transmitió a un equipo al que antaño se trataba como si fueran hijos e hijas. Esas responsabilidades recaen ahora en Pedro Palomo, orgullosa herencia de su padre Octaviano, el hombre que bautizó a este gigante del sector primario. Una empresa que, sin dejar de ser fiel a sus raíces, ha llegado a todo el mundo y mira al futuro con ganas de seguir creciendo.

La COVID, como al resto del planeta, los puso a prueba y ratificó la solidez de los cimientos y la templanza de Pedro como CEO de una compañía que, en pleno siglo XXI, mantiene viva la esencia del campo. La de mirar a los ojos y sellar un acuerdo con un simple apretón de manos con la validez de un contrato. Y, a la vez, la de quienes avanzan al ritmo de los tiempos: innovando, investigando e implicándose por una sociedad más igualitaria, un planeta que pide sostenibilidad a gritos y un mundo rural en el que empresas como Octaviano Palomo demuestran cada día que los recursos y el compromiso son parte de un apasionante futuro. El futuro desde el kilómetro cero.

 

PUENTIA: Parece que la globalización juega a favor de Octaviano Palomo. En 1986, coincidiendo con la entrada de España en la UE, la empresa experimentó un gran crecimiento. ¿Es el contexto actual, tan hiperconectado, favorable para seguir creciendo?

PEDRO PALOMO: Lo es, sí. Cuando España llegó al Mercado Común veníamos de una época de economía completamente cerrada, aranceles, barreras aduaneras, etc. y se abrieron muchas posibilidades porque España tenía necesidades de importar materias. Ahí está el punto de inflexión.

Ahora se abren otros mercados. La globalización juega a favor de que una empresa como nosotros se mueva con rapidez en un mercado global. Precio, calidades, disponibilidades de cosechas en el mundo están muy relacionadas. Una mala época en Rusia provoca un aumento global de precios. Todo tiene un efecto porque nuestro sector esta globalizado hace años y queremos crecer y aportar valor en la cadena.

P: Y han ido creciendo sin moverse de Segovia

PP: Nos decían que por qué no estábamos en Madrid o Barcelona haciendo comercio internacional. Lo cierto es que desde Segovia podemos controlándolo todo perfectamente. Antaño era mucho más complicado que hoy y les llamaba la atención a partners y a bancos. Ese salto fue un paso delante de crecimiento y oportunidades que nos obligó a poner en marcha el primer plan estratégico. Fue en 1991, cuando yo me incorporé a la empresa.

P: ¿A qué mercados mira Octaviano Palomo?

PP: Estamos cada vez más presentes en las repúblicas bálticas, pero en Europa Ucrania es el gran granero. China quiere hacerse con la hegemonía mundial y están muy volcados en África. No dan puntada sin hilo. También están presentes en América Latina. Es una pista de hacia donde puede ir el futuro. Estamos cerca de África y puede ser muy importante para nuevas tendencias de consumo. Creemos que África tiene un gran potencial de crecimiento, sobre todo en mercados como la soja. Tiene un futuro muy importante en el sector agro y lo estamos valorando.

P: Asegura que su empresa “cree en las relaciones a largo plazo, en tender puentes y en tejer alianzas duraderas en el tiempo”. Vivimos en una época donde se pueden tender más puentes que nunca, ¿verdad?

PP: Así es. Estamos viviendo una época de postpandemia que recordaremos siempre como otros hitos históricos en nuestra historia reciente como la Guerra Civil, la II Guerra Mundial, la llegada del euro y de la Unión Europea… Hitos que nos marcan, igual que lo hacen otros a nivel personal (el primer trabajo, tu boda…). En el momento actual de postpandemia soy optimista y positivo. Resulta apasionante porque la sacudida de la COVID a nivel económico y estratégico nos ha hecho ponernos las pilas y acelerar en la inmersión en la transformación digital -la última revolución industrial- y a las empresas nos ha venido bien para espabilar.

Esta postpandemia nos hace ver el futuro a medio plazo porque hacer planes a largo es difícil pues ahora los cambios son rápidos y estamos en ello. La pandemia nos dio la oportunidad de pararnos a pensar qué hacer para aportar más valor a clientes y proveedores y ahora estamos inmersos en un plan de crecimiento que arrancó en 2020. Hay que ver la parte positiva en todo.

P: Por desgracia muchas empresas no han podido sobrevivir. ¿Las que lo han hecho están en condiciones de afrontar el futuro con garantías?

PP: Creo que sí. Van a salir empresas más fortalecidas. Estamos en un mundo diferente en el que ya se ha implantado el teletrabajo, algo que no hace demasiado tiempo se veía lejos. Vivimos una sacudida importante en las materias primas a nivel general, estamos en plena inflación y debemos estar atentos a las consecuencias de esto en la economía.

P: ¿Y cómo será el Octaviano Palomo postpandemia?

PP: A Octaviano Palomo la postpandemia le hace ver el crecimiento a medio plazo. Estamos viendo otras operaciones porque hay que adaptarse a la evolución. Darwin decía en La evolución de las especies que en la última glaciación sobrevivieron las especies que mejor se adaptaron, no las más grandes. Estamos en un gran cambio y debemos ser suficientemente flexibles. Firmes en las políticas y flexibles para poder sobrevivir a los cambios de la economía. Decía Einstein que en momentos de crisis vale más la imaginación que el conocimiento. Debemos imaginar cómo será nuestra organización para podernos adaptar a los cambios.

P: ¿Y estar abiertos a alianzas?

PP: Sí. La economía colaborativa es propia de esta época. Nos hemos dado cuenta de que, al quitarnos ciertos prejuicios, juntos llegamos mas lejos que de forma separada. Es buen momento para tejer alianzas y profundizar en la economía cooperativa. Es competencia, colaboración y competencia. Si te acomodas, ni evolucionas ni avanzas. Se pueden hacer alianzas con empresas que son un win to win y que en Octaviano Palomo llevamos tiempo haciendo. Tenemos alianzas y acuerdos de largo plazo desde hace mucho. Creeemos en la confianza de esas relaciones consolidadas. Podemos hacer operaciones internacionales con la misma confianza y seguridad que con alguien que está cerca de nuestra casa. Trabajamos las alianzas, los puentes, la confianza y la reciprocidad. Somos de palabra y cumplimos con lo acordado.

P: ¿Cómo se adapta una empresa veterana, que hasta hace no demasiado veía la llegada de la innovación como algo lento y asumible, a estos tiempos de evolución tecnológica vertiginosa?

PP: Curiosamente hasta hace pocos años la innovación parecía destinada a las grandes tecnológicas y a nadie más, pero nos hemos dado cuenta de que deben venir desde abajo. Innovar es mejorar los procesos haciendo cosas nuevas. Cada vez hay menos desigualdades, mas longevidad y conceptos como la ética, la sostenibilidad o el mundo de hoy nada tiene que ver como el de hace años.

P: El desarrollo tecnológico está llevando el sector primario a una nueva dimensión, más productiva, más optimizada y también mucho más competitiva, especialmente con la aparición de los biocombustibles, ¿cómo se han adaptado a eso, innovando, participando directamente en investigaciones?

PP: En la agricultura el nivel tecnológico es brutal. Ahora contamos con teledetección para calcular la humedad de los terrenos, tractores con GPS que cosechan con precisión quirúrgica, fertilizantes lo más efectivos posible… Es pura tecnología aplicada al sector primario. En nuestras instalaciones tenemos un nivel de implantación tecnológica impensable hace 5 años.

P: Octaviano Palomo se ha movido entre dos siglos, ¿cómo ha cambiado el tipo de liderazgo entre uno y otro?

PP: Mi padre fundó la empresa. Era un hombre con mucha visión de futuro. El liderazgo de la época de mi padre era más patriarcal. Estaba muy pendiente del personal. Ahora las formas de organización de las empresas van hacia un liderazgo más colaborativo. Somos una empresa familiar con los valores muy claros. Entendemos que debe haber un liderazgo para conseguir las metas y los fines como en cualquier organización, pero las formas de liderar van evolucionando aunque la esencia es la misma, marcando el camino. Eso no cambia. Pero sí es cierto que los modelos de dirección nada tiene que ver ahora con los de hace 40 años.

Estamos también en una economía más colaborativa y me gusta que los trabajadores entiendan el porqué de las cosas; eso hace que el camino sea más fácil y que las personas se involucren. Estamos en un momento en el que valoramos más a las personas, que son parte esencial de las empresas y lo pudimos comprobar en pandemia. Con satisfacción y orgullo digo que todo el equipo de Octaviano Palomo se volcó para cubrir las necesidades de los clientes, sobre todo porque somos el inicio de la cadena alimentaria. Se han volcado completamente y sin problemas. Me ha gustado mucho el compromiso que he visto en la gente.

P: ¿Cómo se inculca en Octaviano Palomo la cultura de empresa?

PP: Con el día a día. Hay valores de la empresa como dar un servicio a los clientes, que son lo más importante. El jefe es el cliente. Hay una cultura de servicio a los clientes y de excelencia. Es importante la calidad y el servicio en todo lo que hacemos. Creemos que el futuro va hacia el tratamiento personalizado al cliente. Hay otros valores como la ética, que es parte de nuestra cultura. Me gusta que cuando llegan nuevas personas al equipo y los veteranos hablan de esa cultura de empresa como el legado que se quiere transmitir a siguientes generaciones. Son valores recibidos de mi padre y que ellos saben que son diferentes a otros lugares.

P: En un negocio como el suyo en el que la logística juega un papel esencial, ¿cómo se trabaja la apuesta por la sostenibilidad, totalmente integrada en el ámbito empresarial?

PP: Es innegable que el cambio climático está afectando. En nuestro sector afecta a las cosechas. Las lluvias o el calor a destiempo afectan a las producciones agrícolas. Es un hecho. Entendemos que debemos tener una responsabilidad hacia la sostenibilidad del planeta. Hay que hacer cosas económicamente sostenibles y un uso más eficiente de los recursos energéticos. Los actuales precios de la energía nos enseñan nuestra vulnerabilidad. Tenemos que volcarnos en buscar la mayor eficiencia energética con el menor coste posible. Hay un compromiso porque el futuro va por ahí. Nuestra actividad tiene que ver con la introducción de semillas más resistentes, más proteicas y con menos grasa. En definitiva, apostar por una producción más saludable poque también por ahí van las tendencias mundiales de consumo.

P: «Una empresa sin alma es una empresa sin vida». ¿Está de acuerdo con esta afirmación de Gabriel Masfurroll?

PP: Totalmente de acuerdo. Una empresa es el conjunto de almas y valores con una misión concreta y, al final, en el mundo en el que vivimos, la empresa tiene un papel esencial para el bienestar de todos. Cada empresa es distinta, como cada familia o cada persona. Sin duda, las empresas tienen valores que la distinguen, pero una empresa que no tenga alma al final es una máquina y lo que ha de prevalecer es el alma.

P: ¿Cuesta mantener esa alma, esa cercanía y esa humanidad cuando en el viaje de la materia prima hay que batirse el cobre a nivel internacional con grandes tiburones?

PP: Tienes que defender es tu cuenta de resultados porque uno de los objetivos de la organización empresarial es continuar más generaciones, mucho tiempo, y eso depende de la cuenta de resultados, pero el objetivo no es solo ganar dinero; es evolucionar, consolidarte, cambiar la orientación… Siempre has de buscar tu resultado, pero no a cualquier precio. Debe prevalecer la ética. No todo vale y hay líneas que no se cruzan. Debes combinar experiencia y trabajo duro para poder nadar en mares difíciles porque en el mundo de la empresa, como en travesías marítimas, no siempre el viento va a favor.

P: Aparte del riesgo

PP: Eso es. En la empresa hay una parte de riesgo inherente y hay que asumirla, como los antiguos marinos. Cristobal Colón en el siglo XV era un empresario lleno de incertidumbres, pero con la misión y el objetivo claro. Pasaron penurias y al final lo lograron y hay un antes y un después. Ese fue el gran puente. Elcano es otro ejemplo parecido. Al fina somos deudos de los riesgos de generaciones anteriores.

P: En Puentia nos gusta hablar de marcas y Octaviano Palomo es una de esas inconfundibles y consolidadas, ¿cómo lo ha logrado?

PP: Para nosotros la marca es esencial. Traslada confianza a clientes y proveedores. En algún momento podríamos haberla cambiado, pero hemos querido mantener el nombre del fundador porque así se nos conoce en el mercado y es sinónimo de credibilidad, de solvencia y de hacer bien las cosas.

Octaviano Palomo no es la típica palabra trisilaba o marca fácil de pronunciar, pero tampoco es común y por eso lo mantenemos. De hecho queremos cambiar el logotipo hacia Octaviano Palomo como marca. Potenciarla. Estamos orgullos de nuestro pasado. Queremos que en silos, camiones, furgonetas… figure el nombre de Octaviano Palomo, que se nota que es antiguo y con personalidad. Y tiene una curiosa procedencia porque se trata de un apellido de judío converso de aquellos que en época de los Reyes Católicos se ponían nombre de animales. Hay muchos Palomo en Toledo, en Córdoba, en Granada o en Sevilla, por ejemplo.

P: Las cifras del silo de Pancorbo, donde lucirá a buen tamaño ese logotipo remozado, son mareantes, ¿qué supone esa infraestructura para el futuro de la compañía?

PP: Tenemos capacidad para almacenar hasta 30.000 toneladas y estamos construyendo otras 20.000 adicionales que será el doble en uno o dos años. Para nosotros el proyecto de Pancorbo es muy importante porque es un nudo logístico vital para la zona norte. Cuenta con ferrocarril para conectar con Arévalo, que es un transporte con futuro por ser más sostenible. Es España hay poco tráfico de mercancías por ferrocarril. El silo de Pancorbo supone además un reto muy grande porque ponemos en valor un patrimonio industrial histórico que puso en marcha el ministerio en los 80 con un diseño puntero en aquel momento. Nos extrañaba que nadie lo pusiera en valor porque esta en una zona de gran producción cerealista. Estamos con gran ilusión y es un reto; un gran proyecto gracias al que podemos aportar valor en la cadena. Es un proyecto estrella, ganador para todos. Vamos a digitalizarlo y estamos comprometiendo recursos económicos de la familia porque es un reto bonito.