PUENTE HACIA LA HISTORIA | Sócrates: “De haber tenido un equipo de comunicación no me hubieran condenado a muerte”

PUENTE HACIA LA HISTORIA se estrena con el inmenso placer de poder charlar con el mismísimo Sócrates, el famoso filósofo ateniense que sentó las bases de esta disciplina y del cual hemos llegado a tener conocimiento gracias a los escritos de su alumno Platón.

Sócrates vivió en la Atenas clásica durante el siglo V a.C., la mejor época de la ciudad Estado. Eso sí que debió de ser algo digno de ver. Nuestro filósofo de hoy no solo se dedicó a la reflexión o a la enseñanza, sino que también sirvió con honores en el ejército ateniense y combatió en la guerra contra Esparta. A nivel filosófico se le considera el padre de la filosofía política y de la ética, y el primero en plantear temas de discusión que se han mantenido durante toda la historia de la filosofía occidental. Sócrates no creó una escuela como tal, pero sí existen toda una serie de autores clave en la historia de la filosofía en los que la influencia de nuestro autor es de especial relevancia.

Pablo Infante: ¿Qué es la comunicación para usted?

Sócrates: La comunicación es para mí una de las mayores herramientas que posee el ser humano para alcanzar la verdad. Debemos darnos cuenta de que ninguno de nosotros es capaz de llegar a ella de forma individual, por lo que se hace necesario dialogar con el prójimo para así ir afinando más y más nuestro conocimiento. Quizá nunca lleguemos a entendernos del todo los unos a los otros, pero, en el esfuerzo de hacerlo, cada vez nos vamos acercando más. Dialogar resulta, pues, en un buen ejercicio de aproximación a la verdad y aún diría más, a nuestra propia alma, pues contemplar el alma de los demás nos hace más conscientes de la nuestra. En resumen, para mí la comunicación con los demás es la única forma de obtener conocimiento sobre el mundo y sobre uno mismo. Como diríais aquí, lo que nos permite construir un puente entre nosotros mismos y aquello que nos rodea.

PI: ¿Esperaba haber conseguido tan buena reputación?

Sócrates: No, desde luego que no. Mientras vivía en Atenas mis enseñanzas no gozaron de mucha popularidad, sobre todo entre los más poderosos. Llegué a incomodarlos de tal modo que urdieron un plan para darme muerte y finalmente lo consiguieron, porque sabían que yo preferiría morir antes que retractarme de mis enseñanzas. Si finalmente conseguí cierta reputación y respeto se debe enteramente al trabajo de mi alumno Platón, que me admiraba enormemente y trabajó para que mi obra no cayera en el olvido. Supongo que el hecho de que dejase por escrito sus Diálogos es la razón por la que ahora se me estudia en todos los lugares del mundo donde exista interés por la filosofía.

PI: ¿Cree usted que somos capaces de percibir la realidad tal cual es?

Sócrates: No, pero al menos somos capaces de percibir una realidad, que es la nuestra. En cualquier caso, debemos ser capaces de poner en común nuestras distintas experiencias para que así podamos actuar de forma constructiva para el mayor número de personas posible. Supongo que en una empresa como la suya deben estar a la orden del día las discusiones sobre cómo enfocar las relaciones institucionales de tal o cual empresa; en mis tiempos era todo más sencillo en el ámbito práctico, y supongo también que gran parte de su labor estará orientada, por ejemplo, a encauzar todas estas visiones diferentes dentro de una misma empresa.

PI: ¿Qué papel juegan los demás en la construcción de su filosofía?

Sócrates: Creo que tienen un papel central, sobre todo porque mi filosofía no es una especie de pirueta conceptual que ayuda a los intelectuales a sentirse por encima del resto de los mortales, sino que busca educar y transmitir un saber sobre la vida, una idea de la vida virtuosa y bien vivida. Yo no pretendo que mis alumnos se conviertan en mis seguidores. Lo quiero es proporcionar las herramientas para que sean capaces de juzgar el mundo por ellos mismos, sin necesidad de intermediarios. Yo vivo la filosofía a través de una vocación de servicio a la ciudad. Quiero que mis conciudadanos vivan todo lo bien que puedan, e intento mostrarles la importancia de examinar su existencia. Supongo que, como les ocurre a todos aquellos que se toman su trabajo como una forma de servir a los demás la humildad juega un papel importante en mis enseñanzas.

PI: ¿Considera que su filosofía ha sido malinterpretada o que es poco clara? ¿le hubiera venido bien un equipo de comunicación en su época?

Sócrates: No. Considero que expuse mis ideas de forma suficientemente clara y que el contenido de mi filosofía no es especialmente oscuro. Sin embargo, sí que se debe hacer el esfuerzo de ponerse en la piel de los griegos del siglo V a.C. ya que existen determinados conceptos que con el tiempo han ido adquiriendo matices distintos a los que tenían en mi época, por lo que una persona que esté interesada en profundizar en mi filosofía debe tener cuidado con este detalle. Respecto a su segunda pregunta creo que la respuesta es un rotundo sí, ya que a pesar de que yo estaba llevando a cabo una gran labor educativa con los jóvenes atenienses, se me acusó precisamente de estar corrompiéndolos con mis enseñanzas. También se me acusó de proclamar que no existían los dioses, de ser un ateo. De haber tenido un buen equipo de comunicación conmigo, estoy seguro de que hubiéramos sido capaces de sobreponernos a aquellos que deseaban mi silencio y, así, yo me hubiera evitado tener que beber esa famosa cicuta.

PI: ¿Qué opina de la comunicación que actualmente se da en las redes sociales?

Sócrates: No sé si con mi edad soy capaz de analizar estos temas con la perspectiva suficiente, pero desde luego me parece que las redes sociales suponen una gran oportunidad para relacionarse con gente muy diferente a nosotros y poder aprender de sus experiencias y de su visión de la vida. Sin embargo, el hecho de que en ocasiones no podamos estar seguros de quién se encuentra al otro lado de nuestra pantalla o si la noticia que acabamos de ver es real o se trata de una noticia falsa supone que debamos entablar la comunicación en la red con una mentalidad más reservada y con precaución. Una mayor cantidad de información nos exige una mayor formación a la hora de distinguir los mensajes veraces de los falaces y los útiles de los inútiles. Si llegamos incluso a sufrir una sobreexposición de información se podría llegar a dar el caso de que en vez de reacciona o verdaderamente recibir y procesar esa información nos convirtamos en meros receptores sin capacidad para el examen.

PI: Durante su vida mantuvo una gran rivalidad con los sofistas, que cobraban por sus clases y enseñaban a ganar los debates, no a buscar la verdad. Fomentaban el relativismo y la participación interesada en la vida política. ¿Cree que sus enseñanzas siguen presentes en nuestra sociedad o que son algo que ya no tiene influencia?

Sócrates: Siendo completamente honesto, he de decirle que creo que las enseñanzas de los sofistas están hoy en día mucho más presentes que las mías, y que lo han venido estando durante toda la historia. Existe una explicación razonable para ello: es mucho más difícil estar dispuesto a cambiar tu forma de ver las cosas mientras estas conversando con una persona que piensa distinto a ti que intentar convencerla de que eres tú quien tiene la razón. Cuando tratas un tema desde la humildad de saberte ignorante en la gran mayoría de los ámbitos te das cuenta de que posiblemente ni tú tengas toda la razón ni la otra persona tenga toda la razón, pero por eso mismo merece la pena mantener una mente abierta y estar dispuesto a dar una oportunidad a la visión de otras personas. El lenguaje es una herramienta que nos acerca y nos permite compartir y poner en común; no debe ser utilizado como arma, retorcido mediante artificios para acabar imponiendo una forma de ver las cosas sobre los demás. Aplicar mis enseñanzas en un mundo como el de hoy en día es difícil, puesto que en una democracia ya no se pelea por la fuerza, pero el combate ha sido trasladado a los atriles. El lenguaje es utilizado como una forma de poder, lo cual tiene sus peligros.