Gerente General de MRV Indumentaria
Rosa María Talavera es una empresaria paraguaya y una mujer perseverante. Capaz de hacer lo que haga falta para dar a conocer MRV Indumentaria, su sueño hecho realidad. Experta en costura e inquieta por naturaleza, se inició en el sector hace una década; poco después de que los uniformes que creaba para sus hermanos llamaran la atención de una empresa, desde la que pidieron referencias porque aquella ropa de trabajo era diferente a las demás. Durante cuatro años trabajó por cuenta ajena mientras soñaba con dar un paso más y crear su propia micropyme… hasta que lo logró. En ese tiempo, jamás dejó de formarse ni de darle vueltas a la cabeza. Se especializó también en marketing y sabe que el futuro pasa por anticiparse apoyándose en la innovación.
Con la irrupción de la pandemia su pequeña empresa sufrió con dureza las primeras consecuencias del virus. MRV indumentaria fabrica ropa laboral y fueron muchas las compañías obligadas a paralizar su actividad. De forma temporal primero y, no en pocos casos, poniéndole el punto y final a años y años de esfuerzo; incapaces de remontar el vuelo. MRV perdió muchos clientes para siempre. Tocaba reinventarse sin tiempo que perder. Y si algo ha demostrado Rosa a lo largo de su carrera es que nunca se rinde.
PUENTIA: La pandemia supuso primero un terremoto, pero poco después se convirtió en una llamada de atención y un estímulo para cambiar las cosas porque estaba en juego la supervivencia de MRV
ROSA MARÍA TALAVERA: Así es. Cuando empezó la pandemia nos afectó muchísimo. Tuvimos que cerrar el taller. Perdí clientes porque cerraron muchas empresas. En un año normal acostumbramos a renovar los uniformes de nuestros clientes cada seis meses. En 2020, como es lógico, esa renovación no se produjo. La producción de uniformes se vio muy afectada.
Elaboramos también indumentaria específica para eventos y eso también se fue al traste con la pandemia y, si nos quedábamos de brazos cruzados, las consecuencias podrían haber sido catastróficas. Rápidamente nos dimos cuenta de que debíamos empezar a fabricar para el sector sanitario. Elaboramos tapabocas, indumentaria de salud. Nos agarramos fuerte a eso y pudimos salir adelante. Este año las cosas han mejorado mucho. Fuimos capaces de reinventarnos y ahora sumamos.
P: La pequeña y mediana empresa paraguaya representa el 10 % de la facturación anual del país, pero emplea a más del 60 % de la población ocupada. ¿Han recibido en este tiempo las empresas ayudas económicas o, como en muchos otros países, condiciones económicas beneficiosas a la hora de financiarse?
RMT: La pequeña y mediana empresa de Paraguay necesita acceso rápido a los créditos. Sin embargo, por poca que sea la cantidad solicitada, nos siguen poniendo demasiados protocolos. Se está apoyando mucho a las mipymes, pero sigue existiendo una barrera que propicia que a la pequeña y mediana empresa le siga costando acceder al crédito y eso debe cambiar porque es ahora cuando más necesitamos esta ayuda. Somos el motor de la empleabilidad en el país; damos trabajo a muchas personas. Detrás de mi empresa hay muchas familias.
P: El último compatriota suyo que se asomó a la web de PUENTIA fue Paulo Duarte, el presidente de la Unión Industrial Paraguaya Joven (UIP), quien junto a la ayuda en forma de acceso sencillo a créditos blandos también reclamaba poner atención sobre el producto nacional para contribuir a dinamizar la economía paraguaya. ¿Se ha dado esa circunstancia a lo largo de estos meses?
RMT Se ha dado, sí. Efectivamente, está sucediendo. Hay más apoyo al producto nacional. Los paraguayos hemos decidido elevar la apuesta por lo nuestro. Lo que se fabrica en este país es de una excelente calidad y nada tiene que envidiar a lo que llega desde otras latitudes. Y es en este contexto cuando más necesitamos que se apueste por lo nacional, tanto en el caso de lo manufacturado como cuando hablamos de productos artesanales.
P: Paulo Duarte, al que conoce bien porque también pertenece a la UIP, es el artífice de este puente que ha unido las dos orillas representadas por MRV y PUENTIA y que se ha materializado en esta entrevista. Usted, Rosa, es la tercera paraguaya con presencia en nuestra página después de las ministras Liz Cramer y Sofía Montiel…
RMT: Desde que supe que Paulo había escrito aquel artículo de opinión para PUENTIA me preocupé de conoceros y me gustó mucho lo que vi. Sin embargo, desconocía que hubiera habido otras paraguayas antes que yo y mucho menos que se trataba de las ministras de Turismo e Industria y Comercio. Para mi poder mantener esta charla y sumarme a esta nómina de compatriotas representa un grandísimo honor.
P: ¿Por dónde pasa la recuperación económica?
RMT: Sin lugar a dudas, por la innovación. El que no innova se estanca. Ahora que se están empezando a normalizar las cosas en Paraguay en MRV estamos innovando en el campo de la indumentaria deportiva. Estamos lanzando una línea pensando en esta actividad porque aquí gusta mucho el deporte y hemos de estar preparados para cuando se levante la pandemia y todo el mundo quiera salir. Estamos desarrollando ese proyecto porque lo que va a suceder en este país con el deporte va a ser un boom.
P: Se propuso crear su propia empresa, no paró hasta conseguirlo y sigue llamando a todas las puertas que sea necesario para continuar creciendo. ¿Cómo se plantea el futuro?
RMT: Tengo un plan de negocio y metas a corto, mediano y largo plazo. Busco alianzas en mi sector para llegar más lejos con intención de aumentar el volumen de ingresos y hacer de mi mipyme una mediana empresa. En ese recorrido tengo que lograr hacer reconocible mi marca para agarrar al cliente. Toco muchas puertas, es verdad, y soy perseverante.
P: Una de las consecuencias de la pandemia ha sido la digitalización vertiginosa para adaptarse a las circunstancias. ¿Cómo ha afectado en el caso de la pequeña y mediana empresa en Paraguay?
RMT: La consecuencia más inmediata ha sido el rápido desarrollo del comercio online, una herramienta poco utilizada por el pequeño comercio. Ahora todo es online y también nos ha tocado adaptarnos a eso. Se trata de una línea de negocio que está funcionando muy bien pero que, en el caso de las empresas pequeñas tiene un hándicap porque pierdes ese contacto tan cercano y habitual con los clientes; una cercanía con el cliente que ayuda a conocer mejor los productos, a apreciarlos.
P: Y los obliga a entrar en un terreno, el del marketing digital que para muchos de ustedes quizá no era tan conocido
RMT: Absolutamente. De hecho, en ocasiones no puedes evitar pensar que ese tipo de estrategias persuasivas de venta son engañosas, pero si queremos crecer, progresar e ir al ritmo de los tiempos tenemos que meternos en ese terreno del marketing. La clave para mantener vivo tu negocio pasa por adaptarse, aprender, innovar y reinventarse.
P: En esa faceta de la comunicación para vender las redes sociales juegan un papel cada vez más importante
RMT: Lo sé y creo que las pequeñas y medianas empresas paraguayas son también cada vez más conscientes de su influencia. En el caso de MRV Indumentaria trabajamos Instagram y Facebook como apoyo a nuestra página web. Y funciona. Son altamente efectivas. Hoy por hoy son esenciales y nos están dando resultados fenomenales. Y, además, se ha disipado el miedo de que fomentara una brecha generacional. Nuestros mayores nos han dado una lección respecto a su capacidad para adaptarse a todas estas novedades.
P: ¿Cómo cree una empresaria paraguaya que se percibe hacia el exterior la llamada ‘marca país’?
RMT: Creo que hay dos formas de percibirnos. Están aquellos que nos ven como un país con unas ganas enormes de progresar, con buena mano de obra y excelentes equipos humanos. El Paraguay quiere trabajar. Otros, quizá una minoría, no nos ven tan bien. Lo cierto, sin embargo, es que hoy por hoy Paraguay es un país para invertir. Son muchos los extranjeros que llegan atraídos por nuestra mano de obra, que está muy bien preparada, y están apostando por nosotros.