JUAN ABARCA | “Estamos aquí para algo más que para curar o atender pacientes; debemos aportar valor a la sociedad”

Presidente HM Hospitales

En marzo de 2021 se cumple un lustro desde que Juan Abarca Cidón asumiera la Presidencia del Grupo MH Hospitales, una empresa familiar fundada por sus padres y convertida hoy en uno de los mayores grupos hospitalarios privados del país con 16 hospitales, cuatro centros de alta especialización en Oncología, Cardiovascular, Ferlitidad y Neurociencias y 22 policlínicos. Doctor en Medicina y Cirugía –y licenciado en Derecho–, a sus habilidades de sobra demostradas como gestor, Abarca ha sumado públicamente un talento que quizá no era tan conocido, la enorme habilidad como comunicador gracias a la que también ha destapado un rasgo inherente al sector en el que se ha forjado una gran reputación, su humanidad.

A través de su ‘Diario de la resistencia’, transformado ahora en ‘Relato para la esperanza’, ha sido el faro para miles de personas cada día durante los momentos más complicados de la pandemia. Un relato construido de puertas para adentro y desde el corazón de un hombre con vocación de servicio que siempre ha dado pasos con la intención de convertir el mundo en un lugar mejor. Quizá por ello jamás ha renunciado a responsabilidades como la de formar parte del Consejo Asesor del Ministerio de Sanidad o la de presidir la Fundación IDIS (Instituto para el Desarrollo e Integración de la Sanidad) desde la que poco a poco avanza hacia la integración público-privada, un paso necesario para la modernización de una Sanidad en la que, en muchos aspectos, HM Hospitales está abriendo camino hacia el futuro.

 

PUENTIA: ¿De qué reputación goza el sistema sanitario entre los españoles?

JUAN ABARCA: Tenemos unos profesionales muy comprometidos y extraordinarios con un compromiso mucho mayor del esperado, pero tenemos una coordinación del sistema sanitario que es un desastre. Ha quedado en evidencia desde el principio de la pandemia hasta ahora desde el punto de vista de la burocratización, de los intereses políticos… Desde el punto de vista de la gobernanza el sistema no está preparado para asumir situaciones como la que estamos viviendo y el sistema sanitario español ha recibido un baño de realidad durante la pandemia.

P: ¿Cómo valora la comunicación institucional durante la pandemia?

JA: Ha sido una comunicación interesada. Ha sido política más que sanitaria y alimentada por el hecho de que los propios medios de comunicación se han hecho eco muchas veces de ese posicionamiento hacia uno u otro lado. Aquí se ha priorizado todo menos la salud. La economía, los intereses políticos. La comunicación institucional no ha sido la adecuada. Por ejemplo, me parece insuficiente e inconcebible que los datos no se den en fin de semana en una situación donde están muriendo miles de personas.

P: ¿Cómo valora hasta el momento la campaña de vacunación?

JA: Es pronto para valorar la dinámica de la vacunación, pero lo que está claro es que hemos empezado mal y lento. Llegar a 30 millones de vacunados en junio me parece imposible porque no habrá vacunas suficientes. Están llegando muy pocas vacunas. 350.000 a la semana son muy pocas. O se ponen mucho las pilas o va a ser muy complicado. Habrá que ir viendo cómo se organiza cada Comunidad Autónoma.

Nosotros nos hemos ofrecido a apoyar gratuitamente a la vacunación si es necesario. Hay Comunidades como Madrid, Cataluña o Murcia que ya tienen pensado contar con nosotros. Galicia o Comunidad Valenciana tienen previsto hacerlo todo ellas. Si el sistema público es capaz de organizarse y cumplir las expectativas y los tiempos, que lo hagan ellos, claro. Estamos inmersos en la tercera ola y las consecuencias van a ser terroríficas. Que lleguen nuevas olas sí va a depender de nuestra capacidad de vacunar y lo que no tendría sentido es que hubiera vacunas paradas.

P: ¿Qué nos espera en esta tercera ola?

JA: Va a ser una mezcla de la primera y la segunda. Se ha producido una interacción muy aguda durante las semanas de fiestas navideñas. Habrá que ver si con el fin de las interacciones sociales la pandemia decae o no. Me genera mucha inquietud la cepa inglesa. Estás en manos del virus y está claro que, si pones mascarilla y mantienes la higiene, tienes más posibilidades de librarte de la infección, pero detalles como el de la gente hacinada en el metro lo hacen imposible. A eso hay que sumar que, después de Filomena, los hospitales se van saturando con problemas traumatológicos.

P: Usted apuesta por la transparencia en la comunicación de los datos sanitarios relativos a ingresos, intervenciones y hospitalizaciones. ¿Con las cartas sobre la mesa los datos que arroja la sanidad privada harían reflexionar sobre la pública?

JA: Es una cuestión de voluntad. Quien no quiere ver, no reflexiona. Interfieren intereses ideológicos, políticos… A través de la Fundación IDIS la sanidad privada lleva mostrando muchos datos desde hace años. Con la pandemia ha quedado absolutamente claro el papel que puede desempeñar. Es una cuestión de querer ver esos datos.

P: ¿Ayudará esta situación a culminar la integración de la sanidad pública y la privada?

JA: Hay cosas que no analizaremos hasta que no acabe la pandemia. Hay que terminar, digerir lo ocurrido y valorar. La lógica es que fuéramos hacia un modelo cada vez más integrado sin diferenciar recursos, titularidad o nivel asistencial. Eso es lo que hacen todos los países normales y razonables.. Hay iniciativas para integrar la información porque tenemos un sistema sanitario anclado aún en el siglo XX. El enfoque del sistema con respecto al paciente debe acabar girando en torno a él y eso exige que haya una integración de todos los recursos sanitarios. Es lo que dice la lógica, pero habrá que esperar. Es sorprendente después de todo lo que estamos viviendo en esta época. Genera muchas dudas. La información se traslada en función de todo lo que conviene menos de los intereses sanitarios.

P: ¿Tiene la sensación de que la imagen y la reputación de la sanidad privada saldrán reforzadas de esta crisis en el corto o medio plazo?

JA: Sin duda. Creo que ya ha quedado claro. Se hizo mucho ruido contra la sanidad privada y contra la privatización, pero desde IDIS hicimos un informe sobre la percepción de la gente sobre la sanidad privada y nos sorprendió comprobar que había cerca de un 80% de las personas que, con o sin seguro, estaban a favor de la colaboración público-privada. Lo que pasa aquí, como en otras muchas cosas, es que se gobierna para las minorías, que en el fondo son los que hacen ruido. El sector sanitario privado ha dejado clara su calidad asistencial, su compromiso con la sociedad… La gran mayoría de la población es consciente de que disponemos de un sistema mixto de alguna forma.

P: ¿Saldrá reforzada la figura del sanitario en esta pandemia?

JA: Por supuesto que sí. No me cabe ninguna duda.

P: ¿Será el valor del trabajo en equipo (en ocasiones por defecto) uno de los grandes beneficiados de esta situación excepcional?

JA: En HM Hospitales, seguro que sí. Llevamos un año trabajando de manera integrada. Puedes querer trabajar en equipo o no, pero si trabajas en equipo las cosas salen mejor.

P: ¿Había hecho los deberes la Sanidad en materia de digitalización?

JA: La Sanidad está en el siglo XX de modo que lo primero que debe hacer es digitalizarse para hablar de digitalización. La historia clínica única no existe, no hay integración entre los diferentes niveles… pero es cierto que las empresas se mueven por lo que te reclama el usuario. La pandemia y el confinamiento han obligado a dar un acelerón en este sentido; Sin embargo, a pesar de disponer de recursos telemáticos la gente quiere ir a consulta. Hay una parte que depende del propio sector, pero otra depende del comportamiento social, y esto no es tan sencillo como decir que a partir de mañana monitorizamos los pacientes… Luego estos no lo quieren o no están dispuestos a pagar por ello. En ocasiones no es posible implementar determinadas innovaciones hasta que la sociedad lo asume con normalidad, y eso a veces lleva mucho tiempo.

P: ¿Qué marca sanitaria de referencia destacaría hoy por hoy y por qué?

JA: Pues no es ni mucho menos por ser pretencioso, pero diría que nosotros porque en HM Hospitales hemos sido los primeros y únicos en el mundo en compartir una base de datos clínica anonimizada de todos nuestros pacientes COVID-19. Nos han pedido acceso 400 instituciones de 130 países. Fuimos los primeros en proporcionar esa información gratuitamente a la comunidad científica y abrir un camino. Hemos sido los primeros en dejar claro que la gestión del dato es posiblemente la gran diferencia entre la medicina del siglo XX y la del XXI. En cualquier charla o comunicación que se produce hoy en todo el mundo relacionada con el COVID disponen de nuestros datos. Hoy por hoy, el sistema sanitario trata de generar modelos más transversales donde se atienda a los pacientes de forma más integral y esto contribuye a ello.

P: Su cuenta de Linkedin ha sido una de las más activas de su sector durante 2020 gracias a su seguidísimo ‘Diario de la resistencia’ y las redes sociales de HM Hospitales han sido galardonadas por, como dijo usted, “aportar luz a gente que estaba asustada”. ¿En qué ha basado ese buen trabajo el equipo de HM Hospitales comenzando por su presidente?

JA: Queríamos aportar transparencia desde el principio y ayudar a la gente. Hay grupos hospitalarios que han dado un paso adelante y otros han preferido quedarse atrás. Estamos aquí para algo más que para curar o atender pacientes. Debemos aportar valor a la sociedad y, en este momento, transmitir información realista sobre lo que está pasando forma parte de ese ejercicio de aportación de valor. Si no lo hacemos nosotros, ¿quién lo va a hacer?

P: En ese diario suyo en redes recuerda en ocasiones aquello de “saldremos mejores de esto”. ¿Cree realmente que así será?

JA: Quiero creerlo. En Linkedin tratamos de trasladar optimismo y una imagen de la situación real. Hemos descubierto que en España hay muy buena gente, algo de lo que hemos tomado conciencia porque quizá no lo teníamos tan claro. Gente que hace el bien de forma desinteresada. No sé si saldremos mejores, pero sí vamos a tener conciencia de que somos mejores de lo que creíamos.

P: ¿La estrategia de comunicación debe ir paralela a los objetivos estratégicos de la empresa?

JA: La estrategia de comunicación forma parte de la estrategia de la empresa. Es un ejercicio de coherencia. Lo que ha sucedido en redes en los últimos meses no es un extra; es parte del código genético de HM Hospitales. No hay un marketing asociado a esto. Hacemos una comunicación contando lo que hacen nuestros profesionales dentro del Grupo. Tenemos claro que la comunicación juega un papel fundamental para aportar valor a la sociedad. Tu obligación es la de hacer una comunicación real y veraz y más si cabe en un ámbito en el que estás hablando de cosas que curan vidas. Hemos notado que la gente valora el esfuerzo realizado también en este sentido.

También es muy importante esa comunicación a nivel interno. En los meses más duros, la gente se ha sentido sola con una carga de trabajo muy alta. Ha sido una forma de estar con ellos y ha tenido un efecto muy importante de generación de comunidad y orgullo de pertenencia, que es mucho mayor ahora.

P: ¿Cómo se crea contenido con valor desde el ámbito sanitario sin caer en los lugares comunes?

JA: Transmitiendo información, siendo veraz y contando las cosas como son en cada momento. Eso es lo que hace que la gente te siga. El éxito de ‘Diario de la resistencia’, que ahora se llama ‘Relato para la esperanza’, es el del hecho de encontrar una fuente de la que te puedas fiar, que transmita la credibilidad, ya que lo que cuenta lo está viendo en primera persona. Estoy esperando que termine todo esto para darle un descanso.

P: El llamado turismo sanitario que llega a España, ¿qué mensaje está transmitiendo sobre la reputación de nuestro sistema de salud?

JA: No tenemos una organización que lo potencie porque no está apoyado por las autoridades políticas. Todo lo que tenemos es por el empuje del propio sector privado. Cataluña en esto ha estado a la vanguardia durante muchos años para intentar atraer este tipo de pacientes, pero siempre a través de iniciativas individuales. Hoy por hoy, debido a la pandemia, el turismo sanitario está muerto.