La luz que nunca se apaga, de pandemia y reputación

España reparte por todo su territorio más de 22.000 farmacias lo que garantiza al 90 % de los españoles poder disponer de una a su servicio a menos de 10 minutos de su domicilio. La farmacia es ese lugar al que vas a pedir consejo, donde incluso te hacen un primer diagnóstico, una referencia cuando las cosas no van bien y también un desahogo. Un sitio de confianza. Y eso no solo no ha cambiado en tiempos de COVID-19 sino que se ha acentuado.

Desde el inicio de la crisis sanitaria las farmacias han sido el principal centro sanitario de información para los españoles sobre la posible incidencia del coronavirus en su estado de salud. Lo detalla un informe del Consejo General de Colegios de Farmacéuticos donde también se afirma que más de 30 millones de personas han acudido en España a la farmacia durante el confinamiento. A ese dato se une el que señala que 2,2 millones de españoles ha recibido atención telefónica por parte de su farmacéutico y otros 850.000 recibieron atención farmacéutica en su domicilio.

Una cuestión reputacional

¿Qué impulsa a visitar como mínimo una vez al mes su farmacia de confianza? La respuesta no ofrece lugar a dudas: LA REPUTACIÓN. No hay sector comparable. Es difícil encontrar otro gremio en el que el 75 % de las personas de entre 45 y 64 años haya depositado su confianza en la época más dura de nuestra historia reciente. La farmacia, nuestra farmacia, siempre está ahí, nunca nos falla, nos comprende, nos aconseja, nos ofrece diferentes alternativas, nos conoce bien y nos sana. Y de esa percepción va creciendo ese intangible que es la reputación, hija asimismo de la confianza.

 

Empatía mutua

Según la encuesta citada, casi 5 millones y medio de españoles han acudido a la farmacia para adquirir medicamentos relacionados con el coronavirus y material para protegerse. Y lo han hecho porque saben que en las farmacias siempre van a encontrar una respuesta. Y sienten empatía por quienes empatizan con ellos. Por eso, un alto porcentaje de quienes han visitado su farmacia durante el Estado de Alarma han sido plenamente conscientes de las necesidades no cubiertas de material de protección. Y a pesar de esa preocupante precariedad, acentuada en los momentos iniciales, el 94 % de las personas consultadas afirma no haber tenido ningún problema de desabastecimiento en sus farmacias. El servicio farmacéutico se ha seguido prestando con total normalidad pese a la gravedad de la situación. Y eso habla muy bien del sector.

La población española confía en los farmacéuticos casi de forma unánime (98 %) y en la veracidad de la información facilitada junto con la calidad en la atención recibida (94 %). Así se ensancha la reputación y no es de extrañar, por tanto, que seis de cada diez personas consultadas, independientemente de su edad, considere que ha mejorado la imagen y la percepción de los farmacéuticos debido al trabajo desempeñado a lo largo de la crisis sanitaria.

En una época donde la responsabilidad social de muchas empresas ha dado un paso al frente, el sector farmacéutico no ha querido ser menos, formando parte de la solución y ratificando que la cruz verde es la luz que nunca se apaga.