Tras el paso por la cadena de montaje, se licenció en Ingeniería Aeronáutica y regresó a la fábrica castellana como miembro de su equipo de ingenieros directivos. Inagotable, inició un periplo dentro de Renault que en 1993 lo lleva a París para ocupar cargos de responsabilidad en la dirección de ingeniería. 10 años más tarde, en 2003, afronta el único paréntesis de su relación laboral con la marca del rombo al aceptar la oferta de Nissan Motor Ibérica, donde llegó a ser vicepresidente, y de Ficosa, donde alcanzó la Dirección General.
En 2012 vuelve a Renault como CEO de la marca en España y vicepresidente de las plantas de ensamblaje. Solo un año después alcanza la Vicepresidencia Ejecutiva de la cadena de fabricación y suministro y en 2016 es nombrado jefe del Departamento de Salud, Seguridad y Medio Ambiente. Su fama como gran gestor de grupos, su clarividencia en la toma de decisiones, los buenos resultados y su enorme disciplina, que trata de proyectar a las personas a su cargo, propician que en abril de 2018 sea nombrado vicepresidente ejecutivo de la alianza Renault-Nissan-Mitsubishi. Entre sus atribuciones, la regulación de las operaciones de fabricación y de la cadena de suministro. Pronto, las mejoras de las ratios de eficiencia y productividad de las fábricas dan la razón a quien apuesta por este padre de 4 hijos enamorado del Real Madrid y su familia que viaja por todo el planeta sin perder de vista España, a donde procura volver cada viernes.
Recién nombrado presidente ejecutivo de IFEMA, De los Mozos también es, hoy por hoy, presidente de ANFAC, la patronal de la automoción y, posiblemente, una de las 5 voces más autorizadas del mundo en su sector; un respeto ganado durante cuatro décadas de trabajo incansable, grandes aciertos y dedicación. El sueño cumplido, con creces, de aquel niño que soñó con ser ingeniero.
La industria española y, en concreto, el sector del automóvil, constituye un ejemplo claro de que una buena comunicación sirve para generar una reputación corporativa y que esa reputación se convierta en un activo relevante con incidencia directa en el negocio.
Como responsable de todo el aparato productivo del Grupo Renault he visto que la industria es un factor de cohesión y de imagen en los países donde se encuentra. Miramos con admiración aquellos países donde una industria tecnológicamente avanzada ha afrontado con serenidad la pandemia sanitaria que tenemos en la actualidad. Un ejemplo de ello ha sido el reinicio de la actividad industrial durante la alerta sanitaria, convirtiéndose en uno de los indicadores más importantes para transmitir a la sociedad española que se está ganando la lucha contra el coronavirus. Cada instalación industrial donde ha vuelto la actividad transmite seguridad a toda la sociedad y comunica a los ciudadanos que está próxima la vuelta a la normalidad.
El papel de la industria es clave para disponer de una economía competitiva, estable, sostenible y garante del bienestar colectivo. Es verdad que su dimensión relativa en España, tanto en términos de producción como de empleo, se ha reducido paulatinamente, y por diversas razones, desde las décadas finales del pasado siglo XX.
Sin embargo, su trascendencia económica y social ha recuperado en los últimos tiempos la necesidad de disponer de un tejido industrial fuerte. No en vano, la industria se vincula estrechamente con la reducción de la vulnerabilidad ante las circunstancias cíclicas de la coyuntura y las propias crisis sistémicas o de pandemia sanitaria, como la vivida durante este año en España. Además, la industria promueve activamente la innovación, la digitalización, la formación, la internacionalización y el crecimiento de la dimensión empresarial. En consecuencia, existe una evidente correlación positiva entre el sector industrial y el crecimiento económico estable y sostenible, la ganancia de productividad, la creación de empleo de calidad y el bienestar del conjunto de la sociedad.
Dentro del sector industrial español, la industria española de automoción tiene una fuerte relevancia económica y social, así como un elevado efecto tractor sobre el resto de sectores. El automóvil es un puntal importante del PIB y supone que cada euro facturado por los fabricantes de vehículos da como resultado 1,65 euros en el resto de la economía española. Además, genera empleo de calidad. Estamos hablando de unos dos millones de personas relacionadas con el sector automoción.
Hay que destacar que el automóvil es un sector vertebrador del territorio español y consolida la población al tener 17 fábricas en 10 comunidades autónomas que, a su vez, impulsan una fuerte red de proveedores y fabricantes de componentes, aportando el 15 % de la recaudación fiscal a nivel nacional, contando con los impuestos ligados al automóvil.
Es importante señalar también que el automóvil constituye el mayor contribuidor neto a la balanza comercial con un saldo positivo de más de 14.000 millones de euros, lo que supone una quinta parte del total de las exportaciones españolas y un generador fundamental de imagen para España.
La industria del automóvil española constituye un ejemplo de marca país y de reputación a nivel internacional y la mejor tarjeta de presentación de nuestro saber hacer español en todos los continentes donde llegan nuestros productos.
En un mundo cada vez más global, imagen y reputación son activos que sirven para asegurar un mejor posicionamiento de España a nivel nacional e internacional. Una buena imagen país sirve para atraer un mayor número de inversiones productivas, facilitar la internacionalización de las empresas y potenciar el sector exportador de bienes y servicios, atraer un mayor número de investigadores, académicos y turistas; así como para tener una mayor presencia en los diferentes foros internacionales de toma de decisiones. Y la industria española y, dentro de ella, el sector del automóvil, constituye uno de los principales vertebradores de la imagen y de la reputación internacional de España.
No quiero dejar pasar la ocasión sin poner de manifiesto que, si la industria es la estructura sobre la que se construye la economía en España, el sector servicios y, en concreto, la actividad ferial y congresual, constituye el músculo empresarial necesario para dotarla de fuerza tanto dentro como en el exterior.
En este sentido, Ifema Madrid, del que soy su recién nombrado Presidente Ejecutivo, supone la mitad de la actividad del sector generada en España y constituye el segundo motor económico de la Comunidad de Madrid, después del aeropuerto Madrid-Barajas Adolfo Suarez.
Y no podemos olvidar que una industria competitiva y unos servicios adaptados a los ciudadanos son la base sobre la que se construye una reputación donde las personas son el eje central y la razón de ser de todo lo que hacemos.
José Vicente de los Mozos
Director de Fabricaciones y Logistica y miembro del Comité Ejecutivo del Grupo Renault. Presidente de Renault España. Presidente de ANFAC. Presidente ejecutivo de Ifema Madrid