El contexto de crisis que desde marzo golpea al mundo entero se comportó como una mancha de aceite que, lentamente, fue advirtiendo su llegada hasta fagocitarnos por completo. En ese camino, que ha cambiado el paso a millones de personas en todo el mundo, hay quienes no han parado de producir a pesar de haber tenido que renunciar también a sus planes a corto y medio plazo.
La empresa palentina Prosol es uno de esos casos. Referente en la producción de cápsulas de café de nuestro país, al tiempo que adaptaba su producción a los requisitos del estado de alarma, ha ido respondiendo al reto social que la pandemia ha provocado a su alrededor situándose a la altura de su posición empresarial. Por eso, no ha dudado en liderar diversas iniciativas destinadas a hacer más llevadera la labor de los sanitarios que se están enfrentando cara a cara al problema.
Pensando en ese colectivo, ha realizado diversas donaciones a hospitales que, junto al agradecimiento, también representan una adaptación de su política de Responsabilidad Social Corporativa, muy desarrollada en Prosol a través de diferentes iniciativas. De hecho, en plena pandemia renovó la certificación que acredita a la compañía como referente en las políticas de conciliación familiar y laboral a través de un amplio paquete de medidas implementadas desde 2012.
La adaptabilidad es una de las señas de identidad de esta compañía. Por eso, de forma paralela, Prosol también ha sido de las primeras en dar un paso adelante cuando diversos colectivos que agrupan a empresas han llamado a su puerta para sumarla a campañas de solidaridad colectiva, una demostración de que los valores son parte del ADN de esta empresa palentina que cada día ‘coloca’ 13 millones de tazas de café en 30 países diferentes. La etiqueta #GraciasPorEstar, visible en sus redes sociales, es parte de esa visión integral en la que su personal, que también se ha adaptado en tiempo récord a la nueva situación, está en el centro de la estrategia empresarial y de marca.
