Como sucede siempre que se produce una desgracia, el mundo del deporte acostumbra a ser de los primeros en dar un paso adelante para encabezar iniciativas que permitan buscar soluciones rápidas y aliviar, al menos en parte, las primeras consecuencias de problemas que, por desgracia, van a ser estructurales.
La situación generada por el avance imparable del coronavirus trasladó a la sociedad un buen ejemplo, el que personifica el entrenador del Atlético de Madrid, Diego Pablo Simeone, cada fin de semana como timonel de un equipo que ha hecho del sacrificio y el espíritu de lucha sus principales señas de identidad. Esos, junto a la honestidad, son los rasgos con los que tradicionalmente se asocia al entrenador argentino quien, junto a su mujer y a la Fundación Atlético de Madrid lanzaron en poco menos de 15 días desde el inicio del estado de alarma la campaña #LoDamosTodo, un ejemplo de liderazgo trasladado al duro día a día.
El espíritu de lucha que Simeone transmite a los suyos cada semana impregna una iniciativa que intentó ayudar a los sanitarios a disponer de los equipos y el material necesario para poder afrontar su trabajo con garantías, uno de los grandes caballos de batalla de esta crisis global.
Afincado en España desde hace muchos años, Simeone entendió que era el momento de poner sus virtudes al servicio de una sociedad que lo acogió con los brazos abiertos y de la que es un importante puntal. De forma pública se reveló contra una situación, la precariedad de los trabajadores de la Sanidad, que entendió como injusta y, como en muchísimas ocasiones sobre el terreno de juego en el que asume el papel de David frente a la dictadura de los poderosos, puso ese gen combativo al servicio de un bien mucho mayor, la salud.
El técnico más longevo en los banquillos españoles asumió su papel de líder para enarbolar la bandera de la justicia social, esa que su equipo trata de impartir cuando se enfrente a quienes por presupuesto y palmarés le superan. Simeone ya ha demostrado en numerosas ocasiones que un adversario muy fuerte es incapaz de derrotar a la convicción y el espíritu de sacrificio.
En esta cancha, el adversario se llama COVID19 y #LoDamosTodo es ese equipo sin nombres de gran relumbrón que, unidos, se transforma en un rival rocoso e imposible de superar. Y todo ello impulsado por la capacidad de liderazgo, esa valiosa virtud que distingue a los buenos de los mejores.